sábado, 27 de febrero de 2010

Castillo de Monesma (31 303954-4676766, 1238m)


Restos de muros, templo actual y ábside del primitivo templo.

El castillo de Monesma se encuentra en un cerro alargado dirección Norte-Sur. El acceso a lo alto es un tanto difícil; si se quiere llegar hasta el mismo en coche ha de ser con un todoterreno. Para llegar a esta espectacular atalaya natural, hemos de tomar la carretera que lleva a Cajigar y en el pueblo llamado Noguero, tendremos que desviarnos a la derecha para seguir por una estrecha carretera durante unos 2km hasta llegar a un cruce donde podremos elegir cualquiera de las dos vías dependiendo de cómo queramos llegar hasta la cima. Si queremos llegar andando de forma improvisada y rememorando como debió ser la vida en aquel lugar, debemos continuar recto unos 300 metros hasta que desaparece la carretera. En este punto ya podemos empezar la caminata campo a través de unos tres cuartos de hora de duración. De la otra forma, volviendo al segundo cruce, si queremos llegar con coche o andando menos y mejor, deberemos girar a la izquierda y recorrer los cerca de dos kilómetros que separan este punto de Puyol, el pueblo desde el cual se accede. Llegados a Puyol hemos de continuar por el camino que empieza al acabar el asfalto y en poco más de 700 metros llegaremos a lo alto del cerro.

 
Mapa de acceso

Decir que los orígenes de esta obra posiblemente se remontan a Sancho III el Mayor de Navarra, época en la cual hubo un gran auge en la construcción de edificaciones defensivas para reforzar los límites entre los moros y cristianos en el Condado de Ribagorza. Pero lo que sí es seguro es que desde el año 1062 perteneció a Ramiro I, entre el 1066 y 1093 a Sancho Ramírez (hijo del anterior). Formaría pues parte de la línea defensiva junto con los castillos de Castigaleu, Lascuarre y Laguarres ya desaparecidos o en estado muy ruinoso. 

Plano aproximado del recinto fortificado románico del castillo de Monesma.

Lo más destacable de este conjunto ruinoso, es la actual ermita dedicada a Santa Waldesca, con indicios de poseer una puerta en cada muro, destacando la puerta del muro sur donde existe un arco de medio punto en cuya cabecera reza la posible fecha de su construcción: 1854. A su derecha y algo más al norte, se encuentran las ruinas de lo que fue el templo original del primitivo castillo dedicado a San Vicente, del que sólo se conserva parte del muro sur y del ábside orientado canónicamente con una preciosa ventana dovelada de medio punto orientada al sureste y otra similar parcialmente derruida orientada al este; hacia el noreste parece lógica la presencia de otra similar aunque no existe constancia, incluso podría no existir como en el caso de San Miguel de Grustán, por cierto templo muy similar, aunque de mayor tamaño que éste. Los sillares, aunque muy erosionados por el paso del tiempo, son buenos y debieron estar bien trabajados, colocados en hiladas bien definidas. En lo que resta de muros, se aprecia muy bien la construcción mediante muros compuestos, propio del románico. Parece ser, como puede observarse en algunas partes, que la actual ermita fue construida parcialmente con sillares de este primitivo templo. Perteneció al capítulo de Roda de Isábena, del que era priorato, y entre cuyos miembros figuró una dignidad con el título de prior de Monesma (Iglesias Costa, 2004).

Al sur de la ermita, se encuentran los restos de la base de una torre sobre los cuales se asienta un vértice geodésico. La torre se encuentra edificada en sillarejo trabajado muy toscamente colocado en hiladas regulares y con escaso o nada de mortero a soga y tizón. La planta de la torre posee forma cuadrada aunque su lado norte posee una forma semicircular. Poco más se puede decir con los pocos y mal conservados restos; ni altura, ni plantas... seguramente cumpliría una función defensiva y a lo mejor, debido a la anchura de su planta, como lugar de vivienda y despensa como las cercanas de Fantova o Viacamp, pero con morfología diferente. 

Tanto alrededor de la ermita como del conjunto torre-ermita (doble recinto), existen montones de fragmentos de la muralla que en su día delimitaría y protegería el recinto, el cual todavía hoy se puede intuir. Estos también levantados con muros compuestos de entre cincuenta centímetros y un metro de ancho.

Restos del ábside del primitivo templo del castillo.

Restos de la base de la torre


Vista desde el norte del conjunto. Se puede observar su carácter defensivo y en altura.

En primer plano restos de la primitiva muralla, segundo plano restos de la base de la torre del castillo y al fondo el templo actual con los restos del ábside del primitivo templo a su derecha.

Última actualización: 07/11/2013

Bibliografía y Webgrafía:

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