domingo, 21 de febrero de 2010

Castillo de Luzás (31 299853-4670158, 807m)


Conjunto iglesia-castillo vista desde la carretera.

Luzás se encuentra en el término municipal de Tolva, a unos 5 kilómetros de éste. Se accede desde Tolva por una estrecha carretera que parte en la N-230, a escasos metros de la salida de este pueblo direción Viella. También se puede acceder desde Lascuarre-Castigaleu, aunque dependiendo de donde se encuentre uno es más largo por aquí.



 
Mapa de acceso 

Junto con los castillos de Viacamp, Monesma, Laguarres... construidos por el rey de Aragón Ramiro I, ayudaba a mantener la Marca Hispánica durante el siglo XI. Aparece en el Cartelario de la Catedral de Roda, citado en el año 1062 bajo posesión de Exemeno Fortuniones, el cual ejerció sus funciones entre los años 1045-1062; también estubo en posesión de Arnal Mir de Pallars en 1136. En 1282, Luzás figura como feudo de Guillermo de Montañana, en 1292 es mencionado tras ser donado a la Baronía de Castro -junto con Lascuarre, Laguarres y Juseu- pro Jaime II de Aragón. Vuelve a aparece en 1381 y 1385 bajo el Conde de Ribagorza, y en 1610 bajo el Barón de la Laguna.

 Plano aproximado del recinto fortificado de Luzás.

Restaurada completamente e inaugurada el 26/03/2009 (había habido anteriormente algunos intentos pero sólo se consiguió arreglar partes del conjunto), la torre del homenaje, junto a algunos restos de los muros primitivos y alguna "torre" flanqueante, es lo único que queda de lo que debió ser una impresionante y a la vez coqueta fortaleza.

Son escasas las referencias y documentos existentes y conservados sobre estre precioso enclave románico que es Luzás, lo que llama la atención debido a la importancia que debió poseer. La primera mención importante data de 1049 como consecuencia de la donación de Ramiro I al abad Juan y los monjes de San Victorián. Gracias a esto, como aprece lógico, sabemos que para esas fechas como muy tarde ya era una plaza cristiana, una avanzadilla de este dominio religioso. Según Manuel Iglesias, debió ser construido por Sancho el Mayor de acuerdo a textos del Monasterio de Alaón. Jimeno Fortuñones lo poselló entre 1045 y 1062 y a finales del siglo XI estaba bajo el mandato de Pere Bertrán, y no es hasta 1136 cuando vuelve a aparecer documentado bajo manos de Arnaldo Mir de Pallars. A lo largo de todo el siglo XII y principios del XIII pasa por distintas manos, un total de casi 10 tenentes; por último perteneció a la Baronía de Castro.

Con sus 25 metros de altura, la torre posee una planta exterior pentagonal y una interior cuadrada, debido a la existencia de un retrete en la tercera planta, y quizás aprovechado esto para una mejor defensa. Enmarcando todos los grandes vanos podemos ver los mechinales que dan constancia de la existencia de cadalsos de madera, que se colocarían temporalmente durante un asedio. Podría tratarse de una torre dividida en cuatro plantas, pero Aramendía en su libro la divide en seis. Las dos inferiores corresponderían al almacén, el inferior ciego y el superior iluminado con tres escuetos vanos apillados, como ocurre en el resto de las torres del condado. La tercera planta, donde se encuentra la puerta de acceso, muy separada del suelo, orientada al norte y decorada con arco de medio punto, y el retrete antes mencionado, haría función de vivienda en la que se encontrarían las habitaciones... sin ningún pequeño vano por el que pudiera entrar la luz y con un alto techo. Las siguientes plantas corresponderían a las zonas de defensa en las que se encuentran los grandes vanos con sus respectivos mechinales.

A diferencia del resto de las torres vecinas que se conservan, esta está formada por tres pisos dedicados exclusivamente a la defensa. En la cuarta planta nos encontramos con trece vamos iguales (tres en las tres caras más grandes y dos en las restantes) con una orientación estratégica, y en la tercera existe el mismo número de vanos sólo que esta vez son de menor tamaño, diferentes entre sí, construidos con la misma estrategia y además no coinciden con los del piso inferior, muy posiblemente para no interferirse a la hora de arrojar objetos. Decir que en la última planta se conservan en pie dos almenas, lo que podría decirnos que sobre el techo de la quinta planta existiría el sexto piso, también defensivo, con tres vanos por muro, que podría cubrirse con madera a modo de tejado -parecido a la reconstrucción de Abizanda-.

Torre y restos de muralla vistos desde la carretera.

Restos de uno de los cubos de la muralla.

Aparte de los restos del castillo, en esta localidad ribagorzana podemos disfrutar del ambiente medieval que aún se conserva en las calles, la preciosa iglesia dedicada a San Cristóbal del siglo XII, los restos que amenazan ruina inminente de un antiguo puente y una curiosa fuente, ambos posiblemente contemporáneos al templo románico.

Puentecillo medieval sobre uno de los barrancos cercanos al pueblo.

Fuente medieval cercana al pueblo.

Más imágenes del castillo antes-durante-después de la restauración aquí.

Última actualización: 12/11/2013

Webgrafía:

No hay comentarios:

Publicar un comentario