CONDADO DE RIBAGORZA: ¿Qué es un Menhir?

El tercer y último monumento megalítico con el que nos encontramos en la comarca de La Ribagorza, es el Menhir. Es una palabra francesa procedente de la lengua romance bretón, que significa: piedra (“men”) larga (“hir”). Nos los podemos encontrar en abundancia en toda Europa debido al fenómeno del megalitismo, pero se extienden prácticamente por todo el globo, con funciones y denominaciones distintas.

Se trata del monumento más sencillo de este periodo, constituido por un gran monolito clavado en el suelo para sustentarse; por lo general alargado, colocado en la vertical y con escasa o nula talla. De formas muy distintas y dispares, nos los podemos encontrar formando parte o constituyendo conjuntos megalíticos, tales como conjuntos funerarios, crómlech…

Debido al escaso registro, estudio y a la gran expoliación que han sufrido, poco se sabe respecto a sus funciones y edad. Lo más probable y aceptado, es que, como sus coetáneos los dólmenes y crómlech, sirvieran como construcciones funerarias ya que en algunos se han encontrado en los pies restos de cenizas, cerámicas, algún resto óseo… En las grandes concentraciones de megalitos (necrópolis) en las que aparecen menhires, se cree que desempeñarían la función de lápidas conmemorativas de los difuntos. Otra de las funciones que se cree que podrán desempeñar, sobre todo los que aparecen tallados, la materialización de lo divino a lo cual se le rendía culto.

En cuanto a ejemplos en La Ribagorza de estas construcciones, son bastante escasos y no se sabe con certeza que correspondan a tales construcciones. El primero de todos es el más que famoso menhir de Merli. Es el único del que sí que se está seguro que sea tal construcción, y se data en torno al 4000-5000 a.C. El segundo ejemplo lo encontramos en el conjunto funerario de Cornudella (Arén). No se sabe con certeza si son menhires o corresponden a posibles ortostatos de dólmenes derruidos y de mayor tamaño que los existentes. Por último, en la estación megalítica de Benabarre (Aler), en el dolmen del Mas de Abad, Pilar Utrilla, menciona la existencia de unos cuantos menhires tumbados en sus alrededores.