sábado, 20 de febrero de 2010

Castillo de Panillo (31 276265-4681144, 1060m)


Los restos del antiguo Castillo de Pano se encuentran en un estratégico altozano desde el cual se pueden contemplar amplias vistas hacia los valles del Ésera, Isábena y el Cinca, y desde donde se puede controlar el paso a los dos primeros, lo que implica que fue un punto estratégico por antonomasia.



Para llegar a lo alto del castillo hay que tomar la carretera que lleva a Panillo. Una vez allí continuamos recto dirección Troncedo hasta haber recorrido unos 4 km donde llegaremos a un amplio plano donde se encuentra la ermita de la Collada y donde tendremos que girar a la izquierda para tomar la pista que aquí nace y que nos llevará a nuestro objetivo. Nada más empezar, podremos ver un cartel que nos indicará la dirección a seguir. Tras haber recorrido unos 700 metros, abandonaremos la pista para tomar un pequeño sendero a la izquierda; este punto se encuentra también balizado.

 
Mapa de acceso

Algunos creen que antes de ser territorio cristiano, en este lugar ya se emplazaba una fortaleza, o más bien atalaya, musulmana de la que no quedaría ni rastro, bien porque no sea este su emplazamiento real y exacto, porque fue arrasada y construida con los mismos materiales el castillo actual, o bien porque nunca existió. Estos mismos aseguran que haría de avanzadilla de la plaza y fortaleza de Graus. Ya fuera a manos de Sancho III el Mayor o de su hijo Ramiro I, pasaría a dominio cristiano y fue el lugar desde donde parece ser que se llevaron la mayor parte de las operaciones de conquista de la plaza de Graus. Junto a Laguarres, Troncedo, Clamosa, Escanilla, Abizanda... ayudaron a mantener y avanzar la frontera entre musulmanes y cristianos. Su construcción parece datar entre 1050 y 1060 y fue realizado imitando a los maestros lombardos.

Es curiosa la alusión que hace Durán Gudiol sobre la posibilidad de que la mención que se hace en la Crónica Pintense (1349) a una "tierra de Pano", se refiera a este Pano. Parece ser que durante una de las razias llevadas a cabo por Almanzor, un grupo de cristianos huyeron y se refugiaron en esta tierra de Pano. A pesar de ello, Manuel Iglesias, afirmando que esto es cierto, diferencia entre el castillo de Pano y Panillo. El primero en manos cristianas ya con Sancho el Mayor, y el segundo entonces en manos de los musulmanes de Graus, y conquistado más probablemente por Ramiro I antes de morir en la plaza de Graus. Por lo que el castillo que nos ocupa, según este autor sería el castillo de Panillo y no el de Pano, los cuales ya poseían iglesia propia en 1092 según la Canónica Rotense.

Son múltiples los tenentes que han poseído este punto estratégico a lo largo de los primeros siglos del segundo milenio, entre los que se encuentran Berenguer (1130),Guillermo de Panillo (1211), monasterio San Victorián (vendido por Jaime I, 1251), Gombaldo de Benavent (1272), en 1291 de nuevo pertenece a los Benavente, entre 1381 y 1385 era de los Condes de Ribagorza, la viuda de Pedro de Arcas lo poseía en 1549 y en 1718 estaba en manos de Juan Gazo el cual lo cedió a Graus.

Plano aproximado del recinto fortificado de Pano.

En el actual recinto se pueden apreciar dos partes bien diferenciadas: una zona fortificada y otra fuera de ésta no fortificada, que sepamos. Esta primera está formada por los restos de una parte la muralla, los de la torre, ambas construidas con muros compuestos y con sillarejos colocados a modo de soga y tizón, y protegido por estos unos cimientos de otros muros todabía por identificar. La torre circular se encuentra en el extremo suroccidental de la muralla y los restos corresponden al almacén o despensa. Este almacén es de planta cuadrada, y se conserva íntegro, a excepción de la bóveda de medio cañón que, como bien se puede apreciar, lo cubría. Como ocurre en el resto de las torres del lugar, poseería más de una planta, seguramente: el mencionado almacén, una entrada, la vivienda o dormitorio y un piso de defensa. Llama la atención, que en comparación con otras torres de la zona que se conservan, el diámetro de la base es mucho menor, por lo que cabe esperar muy posiblemente que en altura fuera también menor que las del resto del condado, algo que parece lógico ya que nada más hay que superar la altura del bosque para tener buena vista, ya que el resto lo pone el enclave en el que se levanta. De ser así, quizás no se ajustase a la definición descrita de torre con cuatro plantas y para residir en ella, sino más bien a una torre de dos o tres plantas como mucho, cuya función sería más bien de vigilancia y/o avanzadilla, quizás del castillo y monasterio de San Juan Bautista en Pano durante la conquista de Graus. De los cinco metros de altura de muro que aún resisten adosados a la parte este de la torre, decir que se conservan tres cubos rectangulares a modo de bastiones; es esto, junto con lo dicho de la torre, lo que ha llevado a algunos a pensar en una posible influencia musulmana, defendiendo algunos autores la teoría de que la torre es posterior a estos muros. A los pies de este muro, aparecen unos conductos a modo de aspilleras que parece ser que, debido a su fuerte pendiente hacia el exterior, servirían para arrojar agua hirviendo -nunca aceite- con el fin de reprimir los ataques más cercanos, igual que ocurre en Fantova. 

Respecto a la otra parte no fortificada, decir que la comprenden: la iglesia castrense dedicada a Santa Engracia, los muros bien conservados de una posible vivienda o residencia y más  restos de muros y sillares desperdigados y amontonados por el bosque. La iglesia castrense se encuentra al sur, a los pies de la torre y según se aprecia, fuera del recinto amurallado o al menos del que se conserva. Canónicamente orientada, de única nave, cabecera semicircular, de muros compuestos y con sillares bien trabajados, perfectamente alineados y colocados a soga y tizón. En el ábside se conserva el arranque y una jamba de la ventana central y otra orientada al sur. De la techumbre no hay ni rastro, tan sólo un arranque en los fuertes muros de una segura bóveda de cañón que cubriría toda la nave central, y muy posiblemente una bóveda de horno sobre el altar en el ábside. En los muros norte y sur se conservan dos vanos de entrada al templo y del muro oeste no queda ni rastro. El del muro sur se intulle por los parementos laterales del acceso y los sillares del suelo, y el acceso norte se conserva al completo. Éste por dentro se encuentra dintelado, mientras que por fuera el paremento está arrasado, pero parenta la existencia de un arco de medio punto, es decir, un acceso muy parecido al que encontramos en San Martín de Lumbierre, pero a la inversa.

Algunos autores atribuyen el templo al siglo XII, es decir, algo posterior a la conquista del castillo, algo que no parece concordar -a no ser que esta no fuera la original- con la Canónica Rotense. Así pues, por la hechura, los sillares, orientación, los documentos de la catedral de Roda, y el convencimiento de que es la original y único templo cristiano que existió en este alto, nos atrevemos a decir que es de final de siglo XI.

Hace cosa de dos años, a principios del 2008, se realizó un trabajo de campo en el que quedó completamente al descubierto la reducida iglesia y el posible establo. También se arreglaron algunas grietas y colocaron sillares en el muro. Una labor muy necesaria pero escasa, y que en algunos puntos ha supuesto la pérdida tanto de información como de material arqueológico.
Ábside del templo

Según menciona Manuel Iglesias (2004) en su libro sobre el arte románico en el Alto Aragón Oriental, debió existir una escuela en las cercanías de Graus que fue la que se encargó de levantar los templos de San Juan de Besins, San Martín de Perarrúa, San Martín de Caballera y esta de Santa Engracia, entre los años 1080 y 1110. De todas ellas, en principio, tan sólo el monasterio de San Martín posee cripta, algo que podría cambiar si se realizaran unas excavaciones arqueológicas en el ábside del templo que nos ocupa. Y digo esto porque hay claros indicios de que pueda existir una pequeña cripta cubierta por sus mismos escombros y los de la techumbre, bajo el ábside. Los indicios son los siguientes: 1) Como en otros templos, este se levanta en un punto en el que hay cierto relieve en escalón, como una especie de aterrazimiento, el cual ha sido aprovechado para colocar el templo. Se podría haber desplazado unos metros más al oeste y este escalón se habría salvado y no se tendría que haber construido un muro tan alto como el de la imagen superior, encareciendo la obra y retrasándola. Lo puede querer decir que se buscó este relieve intencionadamente. Y fue esto lo que me llevó a buscar más pistas para apoyar mi teoría. 2) Si nos trasladamos al interior del templo, hoy, tras la retirada de los escombros, podemos ver la roca natural y sobre la que descansa mayormente los muros del templo. Pero si nos fijamos detenidamente, vemos que ésta acaba en una "recta", casualmente en la intersección del ábside con la nave. ¿Acabaría el estrato rocoso de forma natural aquí o está trabajado? 3) Si nos acercamos al ábside, comprovamos efectivamente que no es roca lo que pisamos sino escombros. Pero, ¿no los habían retirado? Parece ser que aquí no, y el suelo está a la misma altura que la roca. Observamos y vemos que en todo el área del ábside, el suelo es de escombros. Esto quiere decir, que aquí el suelo, la roca, está por debajo que en el resto del templo. 4) Si acercamos la cara a uno de los muros, y comenzamos a retirar escombros, vemos como por lo menos hay más de medio metro de profundidad, asi como que el paramento interior del templo continúa descendiendo. Por todo esto, parece más que lógico pensar en la existencia de una posible cripta, muy posiblemente ya en estado de ruina total, ya que las dimensiones son reducidas y no incita a pensar en la existencia de columnas para sustentar el techo como en Caballera, sino más bien en algún tipo de bóveda hoy ya, posiblemente arruinada. 

 Se puede apreciar los escombros como descansan sobre el paramento interior del templo, y como continuan en profundidad.
 

Interior de los restos del templo castrense.


Restos del templo vistos desde el sur y al fondo la torre del castillo.

Base de la torre circular. Se puede apreciar el arranque de la bóveda de la parte baja de la misma -despensa-.

Restos de la muralla donde se aprecian los cubos rectangulares.

Conductos para arrojar productos inflamables y/o agua hirviendo.

Última actualización: 07/11/2013

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